quinta-feira, 27 de fevereiro de 2014

La costa

"El calor de la costa le pega al visitante que está de paso, las calles ardientes del medio día combinan con los personajes que se esconden en la sombra de los arboles tocando  algun instrumento proveniente de los antepasados indigenas o esclavos.
Y la tarde corre así, serena, sudorosa hasta las 6 de la tarde, a esa hora parece que la ciudad se arregla para las explosiones musicales que se extienden durante toda la noche.

El sudor de aquellos al rededor del acordéon cae en el piso donde pies de parejas intentan marcar el compás del bumbo y la guacharaca. Yá pasa de las 12 pm y la felicidad aumenta con el excesso de ron y aguardiente, los vallenatos se aceleran junto a los batimientos cardiacos y las parejas se pegan un poco más, el calor de 30 grados no es más problema, en el auge de los giros y pasos mal planeados los cuerpos que allí se encuentran comienzan a experimentar sensaciones de calor y deseo. La seducción  de la morena, de cabello largo medio ondulado se vuelve más intensa cuandole pega todo su cuerpo al visitante, el cuál siente ese almizcle de sudor y algún perfume barato que compro en la galeria de la ciudad.

Pero no importa porque la borrachera llegó para demorar y alegrar las luzes amarillas de ambiente que hacen con que el viajante se sienta en casa. Las muchachas de chorecitos jeans y camisas blancas esperan un principe que las saque a bailar y de la pobreza en la que viven. Se miran unas a las otras tapandose la boca con la mano, bailan solas, mirando para el cielo , dan una spiscadas y lanzan su golpe mortal".

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